sábado, 27 de marzo de 2010

Bosnia

 
  El rio Neretva.
Silencioso, transmite una sensación de escalofrio. Fue testigo de muerte, crueldad y dolor.

Y parece que él mismo lo recuerda.
Pocitelj. El hombre que se aleja me ayudó a retirar de la carretera unas piedras desprendidas de la montaña y me dijo "gracias" en castellano, Por aquí estuvieron ya los soldados españoles.







Mostar. Una ciudad mártir. Todos contra todos.
En los parques se improvisaron cementerios que todavía perduran.
El famoso puente sobre el Neretva. Emblemático, quiere representar la reconstrucción y reconciliación del pais. Había muchos turistas.

La orilla musulmana.

La ciudad está llena de heridas de guerra. Este enlace cuenta asépticamente el conflícto, mejor dicho los conflíctos. http://www.youtube.com/watch?v=qR0KXUPE0gg&feature=related
Edificios totalmente destruidos, quizas dejen algunos como atractivo turistico, me recordaba a nuestro Belchite.

Igual que los edificios, hay mucha gente mutilada en esta ciudad, se les puede ver en las terrazas y paseando por las calles. Son la mayoría jóvenes.

El puente, como todos los puentes aquí, une y separa. Enfrente el lado musulmán , detrás el barrio serbio.
Mostar es una ciudad junto al rio Neretva, rodeada de montañas.

Cicatrices por todas partes.
Ruina de lujo. El hotel ardió por completo.

A los soldados españoles que bajo bandera de la O.N.U. se dejaron la vida aqui. (Casi todos por accidente de tràfico).
Aún quedan esqueletos.
Aún quedan pesadillas que el alcohol no puede borrar.


Saliendo ya para alcanzar la costa. Hay bosques astillados por las bombas y carteles prohibiendo bajar del vehiculo por quedar minas sin desactivar. ¿Croatas?, ¿Serbios?, ¿Musulmanes?. Cualquiera de ellos o todos a la vez.
Cementerio de los bogumiles.
Cristianos perseguidos por herejía, no reconocían mucho el poder político.
Originarios de Bulgaria, acabaron establecièndose en Bosnia.
Y paradojas de la historia, han sido testigos desde sus sepulcros de como los políticos han montado otro desastre.
En otro tiempo eran campos de cultivo, el odio y la muerte trajeron la despoblación y el abandono.

El rio Trebinje. El paisaje se torna amable y la vida crece a su lado.
La carretera estaba recién asfaltada, el valle discurre entre montañas.


Trebinje. LLegué y aparqué en la plaza principal donde bebían cerveza un grupo de hombres. Ahora yo, era el motivo de sus comentarios. Les dediqué un saludo con la cabeza al que respondieron invitándome a sentarme con ellos.
La mesa donde me hicieron sitio estaba ocupada por los de más edad. Uno de ellos, bien vestido, en un perfecto inglés, me dió conversacion, era además muy culto (conocía muy bien la política española) y me preguntaba sobre todo, escuchando mis respuestas sobre la vida cotidiana en españa con atención. En un momento de distracción, él y varias personas mas jóvenes que le rodeaban desaparecieron.
La conversacion con los demás era más de fútbol, conocían la liga española mejor que yo.
La señora de la foto se hizo traducir por un muchacho y me preguntó: ¿A que los serbios no somos tan malos?. Vino entonces a mi cabeza la frase que estaba escrita en aquel cartel del general croata, y en mi mal ingles le dije: Las cosas no son blancas o negras, el mundo es de color gris, de muchos tonos de color gris. Hubo un momento de desconcierto en ella, en su traductor y en mi. Acabó dandome un abrazo mientras sus ojos se humedecían.
Trebinje es un paraíso artificial. La noche no es muy diferente de otras noches en España. Música trance a todo volúmen, alcohol y algo de química.
Sabía que a los serbios les iba a gustar el emblema de los Kosacos.
Trebinje, un enclave serbio en la Herzegovina.

A escasos kilómetros ya sales al Adriático.
Cerca de Dubrovnik, desde aquí se realizó el bombardeo serbio, muy publicitado por los croatas, de la ciudad.

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